Acuario : la era expectante
Entrega VI
ABIERTO A LAS SORPRESAS DEL
PRIMER DIA ó LOS ARTESANOS
Los elementales quedaron atentos a cada LAM . . . , que exactos, tonantes en el aire, en número de tres, emergieron de aquel espacio inmenso creado por el O-M que los precedió. Captaron luego una presencia indiferenciada que iba distribuyendo y encerrando en cada uno de ellos una vibración traída de lo alto. Y esa Presencia les fue reuniendo, agrupando en notas, en acordes, en pasajes armónicos, en movimientos, con los cuales finalmente se envolvió, como se pone una capa, e hizo de ellas un cuerpo.
Sentado en la Tierra empezó luego a instruir con el aliento a su cuerpo-pueblo de elementales :
' El centro que fluye en el hombre es el corazón ; la mente descansa y responde sin esfuerzo, como la nube en el agua o el vuelo del pájaro. No la imagen del pájaro, sino su vuelo ; el vuelo del pájaro sin su imagen ! '
' En verdad no pienso, soy reflectante ; el centro activo que discierne y siente en mí es el corazón.Todo va siendo a medida que respiro y mi aliento marca el ritmo de la vida. '
' Me apoyo en la Tierra y la siento a través de los pies que se afirman en ella, y del corazón a través del cual fluye. Vivo el esfuerzo del trabajo a través de todo mi cuerpo, con participación alegre de cada célula-ritmo. '
' Mi salud se va haciendo a cada instante con la vida, a medida que respiro. '
' Se de las cosas ; amo la tierra, el agua que la moja y la hace fértil, a la mujer, al niño, al animal, a la planta ; pero el centro en que descanso está en el centro del aliento de la Tierra en mí, no en las cosas que amo . . . '
Y el ' hombre que no sabía quien era ' paseó su mirada por las planicies elevadas sobre la Gran Sabana, donde acampara la noche anterior.
Hizo de su pueblo de elementales un pueblo de arte-sanos y quiso saber de la Naturaleza que lo rodeaba antes que de los hombres.
Lo primero que encontró en el camino fue a un grupo de niños, que lanzaban en el aire de la mañana trompos de colores y que los arte-sanos, que pasaban por el lugar en ese instante, recogían, aún en el aire, en sus manos, mientras los niños cantaban una adivinanza:
" Para bailar me pongo la capa,
porque sin la capa no puedo bailar ;
pero para bailar me quito la capa,
porque con la capa no puedo bailar. "
Y el ' hombre que no sabía quien era ' sonreía a los niños y admiraba el sincronismo de los hechos, y no sabía si se referían a él o al trompo ; y se dió cuenta que en verdad no había diferencia, que bien podría ser él como Presencia Indiferenciada o con su capa de elementales. Y siguió alegre su camino, danzando, abierto a las sorpresas del primer día.
GODSUNO
Fuente : Órgano de Cultura y Difusión del Centro de Orientación Filosófica. Julio 1973. Derechos reservados.
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