FILOSOFIA
Nuestra Palabra
La Divina Presencia, cual ojo alerta, permanece vigilante de nuestras acciones, de nuestras intenciones, de nuestros pensamientos. Por lo que es inútil tratar de convencer a otros de lo que ya es cosa juzgada en nuestra propia conciencia. Tratar de justificar ante los demás lo que no se pueda justificar en sí mismo, es tratar de engañar a Dios mismo.
Lo importante, para vivir tranquilos, es que nuestras intenciones sean rectas, porque ellas son la matriz de nuestras acciones y rectoras de nuestros pensamientos.
Nuestras intenciones son el trasfondo de nuestra conciencia y ésta determina la evolución del hombre. Las conciencia se hace más sensible, cuanto más evolucionado está el Ser Humano, y más exigente mientras más recto sea.
Desafortunadamente, permanecen vigilantes para juzgar los actos del prójimo, aquellos cuya conciencia está dormida para juzgar los suyos propios.
El juicio que se hace a la acción del prójimo, es como tratar de hacer presente al pasado para corregirlo y eso no es posible.
Estamos edificando el futuro momento por momento, como quien construye una larga cadena añadiendo eslabones instante por instante ; eslabón que se añade, no se puede sustituir por otro, lo que da la impresión de seguro agarre, de base firme, de Torre que apunta al Cielo.
Hay una filosofía que dice que la Historia del Hombre está escrita en base de sus errores; pero esa cadena de tortuosos eslabones es el asidero que tiene la humanidad para seguir viviendo, y mirar hacia atrás, como en los Cuentos de "Las Mil y Una Noches", es convertirse en piedra. Si vives de frente al futuro, haciendo tu propia vida, sin juzgar ni aún a ti mismo, no estarás tratando de engañar a Dios.
OM TAT SAT
Fuente : Órgano de Cultura y Difusión del Centro de Orientación Filosófica, Agosto, 1974. Derechos Reservados.
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