jueves, 21 de abril de 2022

FILOSOFIA - ACUARIO : La Era Expectante - Entrega XXXV

 FILOSOFIA 


             Acuario : La Era Expectante 

                                             Entrega XXXV

                             EL  GRITO  DEL  AGUILA

                      ó     LA  PETICION  DEL  BUDA

       
        Bajo el árbol, el ´hombre que no sabía quién era´ quedose finalmente atento al movimiento cercano de una corriente de agua, desprendida de otra mucho mayor que corría entre rocas. En su atención había algo de descanso, pues reposaba en las formas que le eran amigas. Así descubrió de nuevo, con sorpresa por lo inmediato, la figura del Santo Yogui que le contemplaba.

       - "Te he estado observando - dijo - y es ésta la segunda vez que muestras que no puedes resistir mucho tiempo una gran presencia. La primera fue ante tí mismo, ante tu cuerpo radiante, cuando te sentiste proyectado a distancia y me encontraste a mi, como ahora, en la proximidad del río, pero esta vez con motivo de haberte encontrsdo frente ea HERMES". 

       - " Cómo puedes saber todo esto ! " exclamó el ´hombre que no sabía quién era´.

       - " Por mi permanente proximidad con el agua que corre - repuso el yogui - de ella son los conocimientos que asumes como míos : pero ella vive dándolo, y por eso la ves correr incesantemente ! 

       Después de un trozo de silencio agregó :

       - " El río me habló de una experiencia que tendrás esta noche, que te ayudará a purificarte para próximos encuentros. Ahora te dejo.

       Esa noche, el ´hombre que no sabía quién era´ se sintió volar muy alto convertido en águila. Extendía las plumas extremas de sus alas como los dedos abiertos de una mano, y sentía fluir la corriente de "prana" por sus huesos.

       Descubrió que sus alas no eran el factor principal de su vuelo. Sólo eran útiles para planear y cambiar de rumbo ; el vuelo se debía, principalmente, a la ´corriente pránica´ que recorría su cuerpo.

      Miró la inmensidad a su alrededor, y le impresionó lo inmutable de su semblante. Sólo él se movía !

      A distancia brillaba un pico nevado en la cumbre. Podía planear aún más alto !  El sol iluminaba a su espalda, pues el firmamento lucía azul, sin acusar la presencia de ningún cuerpo celeste. Así puedo volar por mucho tiempo, hasta comprender las maravillas del vuelo, y adquirir la seguridad de poderlo hacer otras veces.

      Por más que se alejaba, sólo aparecía un firmamento inmóvil. Abajo presentía la montaña nevada, más abajo una bruma difusa.

      Quiso entonces investigar un tanto, pues no sentía cansancio alguno ; al contrario, podía permanecer indefinidamente en el aire. Quiso saber  que existía bajo la niebla, debajo del pico de la montaña En algunos parajes descubría la roca viva, y en las hendiduras el mundo verde de las plantas. Más abajo pudo ver las copas de árboles altísimos, de resolución increíble. Por debajo de estos árboles, a gran distancia de sus copas, se extendían otras menores en degradación obediente a un ´algo´ que no llegó a conocer.

       El movimiento ya había tomado existencia con la niebla. En la espesura descubrió algunos claros que revelaban la presencia de la tierra. En un pase raudo, a ras de la vegetación menor, llegó a ver algunas serpientes que reptaban en lo profundo. Algo lo impulsó a subir de nuevo.

       El paisaje se extendía con una perspectiva no referida a ningún punto de vista.

       Dejó la niebla y se adentró otra vez en el azul inmutable, sostenido por las alas del Gran Aliento de Vida.

       Experimentó la soledad, y fue entonces cuando emitió un nombre, como grito de águila : URKUS !  URKUS !  y lo oyó resonar varias veces en la inmensidad. Se vio de pronto sentado dentro de su cabeza, y las dimensiones de su cuerpo aumentaban cada vez más, como las de un Buda inmenso que quisiera dar cabida en sí a todo el Universo ; y dentro resonaba persistente el grito del águila : URKUS  ! URKUS !

      De regiones apartadas del universo de su cuerpo se aproximaban ´fuerzas´ animadas de sentimientos, que se aunaban hasta constituir un ser sin forma aparente, cuyo sentido último dependía de la formulación que hiciese en ese instante : Pidió que las Fuerzas Creadoras del Universo fuesen sus amigas de viaje; alegres y confiados para siempre !

                                                                                                                                                                                                                                  GODSUNO
                                                                                                                                                                                                                                  __________


Fuente : Órgano de Cultura y Difusión del Centro de Orientación Filosófica. Mayo-Junio, 1976. Derechos reservados
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