Acuario : la era expectante
Entrega XXVII
LA DESPEDIDA DE PITAGORAS ó
LA INTERPRETACION DE UN ENIGMA
El Silencio se instaló entre los reunidos.
Comprendieron que llegó la hora de la despedida de Pitágoras.
Un joven se atrevió a preguntar con voz entrecortada :" Dinos, Pitágoras, antes de irte, es cierto que dentro de esa PIrámide las personas no envejecen, ni se marchitan las flores ? "
Pitágoras sonrió, y su sonrisa iluminó el rostro de todos los presentes . . .
" Sí joven, es cierto. Todos los Rayos que parten desde "ese punto" donde se hunde la espiral - puerta física del mundo metafísico - la curva los intercepta bajo el mismo ángulo, de manera que no se produce distorsión, y así el habitat de la Vida es la Armonía."
Una vez dicho esto la luz se hizo en la mente de los presentes.
Otro joven se apresuró luego a pedirle, en nombre de todos, que le comunicara al 'Kumara' como a veces solían llamar al 'hombre que no sabía quién era' - que deseaban verlo de nuevo entre ellos. Pitágoras así se lo prometió.
Entre tanto el 'Anciano cuidador del Tiempo' administraba a éste último con generosidad, y ofreció un nuevo vaso de 'soma' a Pitágoras. Este recordó otra vez,como en el momento de su llegada a la Librería, su permanencia en Egipto, aquel Egipto cuyo Padre fue HERMES.
Sus pensamientos podían leerse en imágenes que discurrían por su frente, como por una pantalla. Así lo vieron caminar a la orillas del Nilo, anchuroso y de aguas verdes para aquella época del año. Mientras caminaba conversaba con alguien a su lado. Fijada la atención vieron que era el 'Anciano cuidador del Tiempo'. Ánades salvajes volaban a flor de agua entre los papiros.
- " Dime, Maestro - decía en ese momento Pitágoras - Dónde nos veremos de nuevo? ". ( Y había lágrimas en aquella faz serena ).
'Anciano cuidador del Tiempo' repuso : Qué difícil es que llegues a comprender mi respuesta, no obstante será simple : Nos veremos en 'América del Sur' que para tí aún no existe y sin embargo es 'tan real' como esta tierra que pisamos."
Diciendo esto, el 'Anciano cuidador del Tiempo' se inclinó en el pensamiento de PItágoras y tomó barro en sus manos de las orillas del Nilo.
Los ánades salvajes levantaron vuelo y se oyó claramente el golpear de sus alas.
Para sorpresa y testimonio de los allí reunidos, una pluma de ánade se materializó en el ambiente de la Librería.
Pitágoras volvió de nuevo al momento presente, y en ese mismo instante brotó una luz intensa, blanco-azul, no se sabe de donde, que envolvió a Pitágoras, y se elevó en el éter. Una vez en lo alto, algunos creyeron ver un "platillo voladar", cuyos destellos les recordaba, no se sabe por qué, la estrella Rigel de la Constelación del 'Cazador Celeste'.
Un joven silencioso, educada su vista en la contemplación amorosa de la Naturaleza, dijo que no fue un "platillo", sino que Pitágoras concurvó su cuerpo como representan al 'Hombre Planetario' en el centro del Zodíaco y girando sobre sí mismo, como una rueda de mil radios, se elevó en el éter. Y la luz que recordaba a la estrella Rigel, no era sino la luz fundida de sus siete 'Chakras'. Afirmó, además, que el vio que apenas se había elevado, descendió de nuevo para posarse en la cresta del 'ÁGUILA' ( montaña-símbolo de aquella Ciudad ) y que a poco aparecieron otras luces menores para recibirlo, y todas se desplazaban como animadas por el sentido interno de un lenguaje desconocido.
Aquel joven llegó incluso a afirmar en su osadía, que él pudo descifrar el lenguaje: Era una admonición - dijo - para que realizásemosal ' Hombre Planetario ' dentro de nosotros, como única TAREA digna de la ' Nueva Era Expectante de Acuario '.
GODSUNO
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Fuente : Órgano de Cultura y Difusión del Centro de Orientación Filosófica. Mayo, 1975. Derechos reservados.
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