FILOSOFIA ACUARIO La Era Expectante Entrega XXVI

 

           Acuario : la era expectante    

                                          Entrega  XXVI

                            PITÁGORAS EXPLICA LA LEY INTERNA DE LA PIRÁMIDE

       ·"Les hablaré  de lo que podría llamarse la 'Ley Gnomónica' de la Pirámide : En el principio de la creación está siempre presente la Nada, y de ella nace su opuesto.Son éstos, precisamente, los dos módulos cúbicos que retengo entre mis dedos - Y Pitágoras colocó uno al lado del otro, y quienes estuvieron presentes lo vieron. A esta porción de Nada llamaré 'menos uno' (-1) y daré el nombre de la 'unidad' (1) a su opuesto, y sobre ellos como base construiré un cuadrado, que llamaré dos (2), creado con el aliento de la Nada, que resuelve en armonía la oposición primera. Como pueden ver, se ha generado un rectángulo, 'tri-uno' en su composición, si consideran la Nada (-1.1,2), y que a través de ésta pertenece a la vez a dos planos de manifestación diferentes. Ya aquí se hace presente la Ley, la 'Ley de Oro', que nos permite ir construyendo rectángulos áuricos, apoyando un cuadrado sobre el lado mayor del rectángulo anteriormente generado, todo en el sentido del crecimiento de una espiral que los va uniendo, y que no es más que el RITMO del aliento de la NADA en su proceso creativo." 

       La faz de Pitágoras lucía serena y si había emoción era en la voz del cuerpo del 'hombre que no sabía quién era', a través del cual aquel se expresaba.

       Todos los jóvenes devotos allí reunidos siguieron con fascinación la mirada de Pitágoras, que parecía hundirse en aquel módulo primigenio. Comprendieron que aquello era el propio Pitagoras : la NADA expresándose ! Y llegaron a ver. Vieron que así como se desenvolvía una espiral hacia afuera, hacia ellos como expectadores, otra homóloga se hundía hacia adentro, y que aquel módulo sólo era una puerta que se abría hacia dos infinitos : uno físico y el otro metafísico. Sintieron en sus corazones que Pitágoras los invitaba a pasar a través de aquella puerta, y asi algunos lo hicieron. Para aquellos que entraron se hizo vivencia el milagro de la Creación. 

       "Guiándonos por el aliento -continuó Pitágoras- es decir, por la espiral en su desarrollo, nos detenemos en el rectángulo áurico, generado por el séptimo cuadrado. Este cuadrado, repito, el número 'siete' (7) en el desarrollo espiral de los rectángulos áuricos, constituye la base de la Pirámide. Su dimensión es 3 X 7 veces nuestro 'módulo'. Con el otro lado del rectángulo áurico, tomado como medida (34), levantamos las caras laterales de la Pirámide, con base en el cuadrado. Si hacemos pasar ahora una espiral por el vértice superior y por los dos de la base que definen una de las caras de la Pirámide, veremos que esa espiral se centra en un 'módulo triangular', a partir del cual, pero recorriendo ahora la misma espiral en el sentido de su desarrollo, podríamos re-construir, en su fase física, y con medida en ese módulo, las caras de la Pirámide."

       En este punto de su disertación Pitágoras volvió la mirada hacia el 'Anciano cuidador del tiempo', y encontró a éste sentado en el suelo en posición búdica. Vio que aquel cuerpo era una 'pirámide de vida', donde lo que trataba de explicar se cumplía 'por sí' maravillosamente. El poder de la transmutación de la Materia que ese cuerpo tenía, operaba de modo tan perceptible, que algunos de los jóvenes presentes salieron para ver si aún no se había eterizado el "Águila", como llamaban la montaña que separaba aquella ciudad del mar.

       Otros exclamaron : ¡ Y pensar que habrá quienes aún duermen, y afirmarán más tarde que nunca estuvo Pitágoras entre nosotros  ! . . . 

                                                                                     GODSUNO

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Fuente : Órgano de Cultura y Difusión del Centro de Orientación Filosófica. Abril, 1975. Derechos reservados.