Acuario : la era expectante
EL GNOMO GEOMETRA ó EL ANUNCIO DE UN VIAJE ENTREGA XX El 'hombre que no sabía quién era' , recostado del árbol donde había construído su colmena la 'abeja dorada', se quedó adormecido . . . No pasaría mucho tiempo cuando a su oído llegó la melodía triste de una flauta de madera. No trató de entreabrir sus ojos para descubrir al inesperado flautista, ,sino que se entregó a sus pensamientos . . . Meditaba en la misión que le había encomendado el 'Anciano cuidador del tiempo', la de llevar la 'Aldea de las Pirámides' desde los planos "akásicos" a los más densos de la materia. No era, por cierto, tarea de trasladar las formas aparentes de las cosas ; sabía que esas formas obedecían a una inteligencia oculta, y en tanto no se pusiese en contacto con la inteligencia de las formas, todo esfuerzo sería en vano. La melodía parecía surgir cada vez más próxima, y el dolor que la inspiraba cada vez más hondo. Trató de integrarse a la figura de aquel flautista, y se puso a reconstruirla a partir de las notas que llegaban a su oído. Por momentos le parecía oir el llanto de la tierra y ver sus inmensas heridas, recorridas por un fuego vivo. Sabía que la Tierra sufría. Instintivamente acarició con sus manos la corteza de la tierra.como si quisiera calmarla. Fue entonces que comenzó a ver, con nitidez, al flautista: se trataba de un viejo gnomo, sentado sobre una piedra, tocando su flauta. El color de su piel lucía cobrizo, y sus ojos refulgían ocultos entre sus pobladas cejas. Su traje del color de las hojas secas y sus polainas del mismo color, ajustadas a sus delgadas piernas, hacían que se confundiese con el paisaje. El 'hombre que no sabía quién era' quedó mirándole largo tiempo, hasta familiarizarse con su figura. En esto el gnomo se estremeció, como una hoja, al descubrir que lo miraban, y pareció deshacerse ; pero recuperó pronto su forma al darse cuenta que aquella mirada iba cargada de una profunda simpatía hacia él. Sólo entonces el 'hombre que no sabía quién era' se atrevió a expresarle, sin saber exactamente por qué lo hacía, que necesitaba de su ayuda, que tenía la misión de trasladar a la densidad de la tierra, a la que veía que tanto amaba, los planos "akásicos" de la 'Aldea de las Pirámides' y que no sabìa cómo hacerlo. El gnomo experimentó tremenda alegría al saber que un hombre, en esa forma, requeria de sus conocimientos. Reveló en breve ser un experto constructor, conocedor sobre todo de las formas cristalográficas y de las leyes de su crecimiento. Movía las manos con una rapidez increíble y las usaba como compás en la arena para describir algunas formas que había descubierto. Sus dedos, largos, de geómetra, se movían como ramas secas y todo su cuerpo era expresión viva de lo que iba diciendo :Sí, si, te ayudaré,si, sobre todo en la etapa constructiva ; pero no soy yo, exactamente, con quien debes entrar primero en contacto . . . si es que debes conocer las leyes ocultas de la 'Aldea de las Pirámides'. Dime, has viajado ? ; ¿No has viajado aún? ; ¡ sin maleta ! , por supuesto, ¡sin maleta! . . . El 'hombre que no sabía quién era' no comprendió aquella insistencia en sus últimas palabras ; pero captó que había en ellas algo importante. En ese instante oyóse unos pasos que se acercaban: era el 'Anciano cuidador del tiempo', acompañado de un joven de la aldea : - "Oí que conversabas 'solo',y me acerqué - dijo ; luego agregó con mesura : "Supongo que habrás encontrado al 'gnomo constructor', o, como le complace más bien que le llamen, 'el gnomo geómetra' . . . Anduvieron juntos de regreso a la 'Aldea de las Pirámides'. La tarde era dorada. El anciano dijo :Sé que pensabas seguir hacia el Sur, donde corren los grandes rios y te he retenido en tu camino". El 'hombre que no sabía quién era' quedó contemplándole . . . y se preguntó a sí mismo :" ¿No será este anciano el dios de la Metamorfosis ?, pues siempre me lo encuentro ! " - ¿ Ves aquella pirámide ? ; una de las más pequeñas - continuó el anciano - ; es una pirámide individual ; hoy pasarás la noche en ella. Quizás emprendas un viaje ; un viaje sin maleta, por supuesto . . . Y rió . . . como rie un niño, o un dios . GODSUNO _________ Fuente : Órgano de Cultura y Difusión del Centro de Orientación Filosófica. Octubre, 1974. Derechos reservados.
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