jueves, 17 de junio de 2021

ARTE - Arquitectura - Luis R. Malausena Andueza - por Arq. José Luis Colmenares

 

Por: Arq. José Luis Colmenares

Luis (Raimundo) Malaussena Andueza nació en Caracas, el 27 de octubre de 1900, hijo del arquitecto Antonio Malaussena Levrero -y nieto del también arquitecto del mismo nombre- y de Isabel María Andueza. A su vez nieto materno del jurista y ex-presidente de Venezuela, Raimundo Andueza Palacio. Luis es, igualmente, tío del destacado arquitecto Francisco Pimentel Malaussena (hijo de Enrique Pimentel Parilli y Paulina Malaussena Andueza) y abuelo, entre otros, de los arquitectos Antonio Salas Malaussena y Mercedes González Malaussena; así como tío-abuelo del igualmente arquitecto Juan Manuel                          Díaz Guevara. 


Luis (Raimundo) Malaussena Andueza, inclinado entusiastamente hacia la arquitectura, como oficio de familia, y a falta de opciones de estudio en su tierra natal, es enviado por su padre a París, donde se inscribe en l'École Spéciale d' Architecture, institución de la cual egresa. Posteriormente, retorna a Venezuela, quizás hacia el año 1928, casualmente el mismo en que su contemporáneo Carlos Raúl Villanueva también arriba a la incipiente nación. Ambos, de influyentes familias del país, prontamente se vinculan a círculos de poder "gomecista" y cuyos caminos habrían de entrecruzarse. 


Luis Malaussena inicia su actividad profesional acometiendo varios proyectos domésticos, en principio en la ciudad de Caracas; entre los que se cuentan la residencia de la familia Berrizbeitia (en la afluente urbanización de El Paraiso). Pero será en Maracay, capital del Estado Aragua y asiento quasi-oficial del gobierno de Juan Vicente Gómez -ante la animadversión y hostilidad de que este era objeto por parte de Caracas- donde exitósamente catapulta su oficio, fundamentalmente vía Teatro de la Opera de Maracay; a ubicarse en un terreno adyacente a la monumental Plaza Bolívar, frente al Hotel "Jardín" (reforma efectuada por Carlos Raúl Villanueva sobre un par de antiguos edificios y eventualmente intervenido por Malaussena) y la Clínica Maracay (diseño de Carlos Guinand Sandoz, de 1930), que conformarían un conjunto arquitectónico de grandes proporciones, sin precedentes en Venezuela. 


El Teatro de la Ópera de Maracay es una gran sala de conciertos, con un impresionante aforo -para la época y el lugar- de casi 1000 personas, cuyo proyecto fue solicitado al nobel Malussena, quien lo acomete en colaboración con Carlos Guinand Sandoz. La construcción arranca en 1932, a instancias del propio Gómez, aunque a causa de la muerte de este último, acontecida en 1936, las obras se detienen. Luego estas serían retomadas décadas después,en1971,durante el primer gobierno de Rafael Caldera, para finalmente culminarse en 1973, bajo la responsabilidad de los arquitectos Luis Manuel Trompis, Juan Márquez Centeno y Jesús Álvarez Fernández. El Teatro de la Opera de Maracay es, sin duda, una obra excepcional cuya importancia -en su momento- puede homologarse con la del Teatro "Teresa Carreño" (Caracas, 1983). Efectivamente, se trata de una edificación de sorprendente austeridad (de presuntos "extemporáneos y sospechosos" rasgos Art-Decó) despojada, casi en su totalidad, de elementos decorativos u ornamentales; razón por la cual -aunque se le ha comparado, en sus aspiraciones o pretensiones, a la Opera de Garnier- se le puede asociar a la innovadora sede de la "Sezeción", de Josef Maria Olbrich (Viena- Austria. 1898) y/o al sobrio regio  Teatro de los Campos Eliseos (Théâtre des Champs-Élysées), obra de Auguste Perret (París-Francia. 1913). 


La yunta Malaussena-Villanueva (esta vez de forma admirable y por demás celebrada) realiza el memorable Pabellón de Venezuela para la "Exposición Internacional de Artes y Técnicas en la Vida Moderna" (Exposition internationale des arts et des techniques appliqués à la vie moderne) en París (1937) [históricamente recordada puesto que populariza el eventual "estilo" denominado como Art-Decó (abreviación de "Arts -Decoratives"), adoptado entusiastamente en ambas riberas del Atlántico], de pintorescas, apetitosas y seductoras características neo- hispánicas [con claros acentos clasicistas (simetría y axialidad)], corriente que, para aquél entonces, se propagaba en la nación sudamericana, fundamentalmente, a instancias de Manuel Mujica Millán.


En contraste con el(los) estilo(s) dominante(s) en la exposición parisina de 1937, el Pabellón de Venezuela fue harto valorado -incluso premiado- como un interesante "exotismo" en el evento. También con Carlos Raúl Villanueva, Luis Malaussena había proyectado la formidable Quinta "La Macarena" (1934), concebida como la casa de reunión de la familia Gómez, pero que, además, tenía funciones sociales y políticas. En un bien ponderado estilo "neo-hispánico" (ejercicio previo al Pabellón de Venezuela de 1937), como indiscutible hito de la arquitectura venezolana de tal corte, "La Macarena" rivaliza con lo más granado de Manuel Mujica Millán. Rodeada de frondosos jardines y aún en pié, se ubica en el sector Las Delicias, vía El Castaño, en las afueras de la ciudad de Maracay, dentro de los predios de la Hacienda "Tiquire Flores". 


En 1943 Malaussena, independientemente, diseña y edifica la sede de la "División Nacional de Malariología" (actual Instituto de Altos Estudios "Arnoldo Gabaldón"), inaugurada por Medina Angarita, aunque comisionado por Gómez. De recurrente, atinado y, probablemente, hasta oportuno, estilo "neo-hispánico"; esta obra no tarda en convertirse en ícono de la ciudad de Maracay. De generosas proporciones la "División Nacional de Malariología" es concebida como una gran casona "colonial", organizándose alrededor de un par de patios, con corredores perimetrales; uno de ellos configurado mediante el uso de curiosas columnas "panzudas" con aristas. 


Al servicio de los gobiernos de Eleazar López Contreras e Isaías Medina Angarita, Luis Malaussena (junto a una pléyade de notables y talentosos arquitectos: Cipriano Domínguez, Luis Eduardo Chataing, Carlos Raúl Villanueva y otros) desarrolla una serie de "grupos escolares", impecablemente concebidos -consistente con el ya experimentado "neo-hispanismo"-, en consonancia con novedosos y progresistas planes educativos que la pujante Venezuela propulsaba, motorizados por la bonanza petrolera de la que el país disfrutaba. Entre ellos cabe destacar: el "República de México" [Maracay (Estado Aragua) 1941-1943], el "Estados Unidos de América" [Calabozo (Estado Guárico).1944-1945] y, sobremanera, el Grupo Escolar y Escuela Normal "Miguel Antonio Caro" (Caracas. 1944- 1945). 


Al propio tiempo Luis (Raimundo) Malaussena Andueza se involucra en la planificación de varios aeropuertos en el país, la mayoría de ellos requeridos por la emergente industria petrolera, de impronta foránea; siendo, presumiblemente, los mas importantes, los de de Grano de Oro [Maracaibo (Estado Zulia) 1929-1931] y el "Internacional de Maiquetía" [Maiquetía (Estado Vargas). 1935-1940]. Dada la naturaleza de estos proyectos -aunque no necesariamente en todos ellos- el "estilo" adoptado por el arquitecto es el "moderno", o quizás, más específicamente, muy a la manera de Robert Mallet-Stevens (1886- 1945). Mallet-Stevens, influyente arquitecto francés militante de la modernidad, fue maestro de Luis Malaussena en "l'École Spéciale d' Architecture" y al cual parece aludir en un buen número de sus proyectos; destacando, entre ellos, el Edificio "París" (Caracas. 1948). 


El      singular Edificio "París" es una colosal obra de Malaussena, de diez pisos de altura, ubicada en las cercanías de la caraqueñísima Plaza de La Candelaria, ocupando una manzana completa, adecuándose al atribulado contexto urbano en el que se implanta y proveyendo al sector con un conveniente pasaje peatonal interno, a nivel de planta baja. Debe       subrayarse el hecho de que, aunque muestra unas ciertas trazas de Art- Decó", se trata de una obra desinhibidamente moderna. Como edificio multifamiliar, a todas estas, el "París" -según apunta el muy apreciado arquitecto y profesor Bernardo Moncada Cárdenas- se le recuerda como el primero construido en Venezuela al promulgarse la "ley de propiedad horizontal". De 1953 data el polifuncional Edificio "Altamira" (Caracas.1953), imponente obra de Luis Malaussena, en cierta medida emparentada con el "París", ultimado cinco años antes. 


Al servicio del régimen del General Marcos Pérez Jiménez, Luis Malaussena habría de  proyectar, a partir de 1948 y hasta 1956, el impresionante "Sistema de la        Nacionalidad", eje monumental, en el sur-oeste de Caracas, consistente en un par de monolítos con estatuas simbólicas, jardines, espejos de agua y una prolongada avenida, flanqueada por tribunas para la observación de desfiles militares; destacando -al propio extremo oeste- la majestuosa y "rancia" Academia Militar. Este complejo arquitectónico y urbanístico, de sorprendentes características neo-clásicas y/o tardo- barrocas (en alguna medida inspirado en Versalles), quizás hoy tildado de "post-modernista" o hasta "kitsch", es completado con el proyecto del   Círculo Militar o Club de las Fuerzas Armadas. 


El Círculo Militar de las Fuerzas Armadas representa un inesperado viraje en la obra de Luis Malaussena, en abierta contradicción con sus previas preferencias estilísticas. En este caso su propuesta es francamente moderna, más allá aún de su pretérito regodeo con Robert Mallet-Stevens, ya que se trata de un azaroso y fragmentado conjunto, arbitrariamente articulado (a lo Bauhaus), mas no carente de interés. En esta obra Malaussena cuenta con la colaboración de Federico Guillermo Beckoff (1919-1982) (de orígen alemán y, eventualmente, prolijo arquitecto en Venezuela) y la participación de los jóvenes arquitectos, también germanos, Klaus Heufer y Klaus Peter Jebens. Este trío de nobeles profesionales europeos habrá de acompañar a Luis Malaussena en los proyectos de los hoteles "Maracay" (1955-1957), en esa ciudad aragueña, y "Guaicamacuto" -luego "Macuto Sheraton"- (1955-1963), localizado en Caraballeda-Estado Vargas; ambas realizaciones de la fenecida CONAHOTU, cuyos "estilos" son claramente análogos al del "Círculo Militar". 


Entre 1956 y 1957 Luis Malaussena retorna a Maracay, a solicitud del régimen perezjimenízta, para la conversión del antiguo Hotel "Jardín" en sede de la Gobernación del Estado Aragua, edificio otrora producto de una reforma hecha por Carlos Raúl Villanueva a inicios de la década de los treintas, de aspecto "pseudo-clásico", y recordado por haber hospedado figuras de la importancia de Carlos Gardel. La intervención de Malaussena modifica, significativamente sus fachadas, aunque no tan drásticamente su interior. Otras obras importantes responsabilidad de Malaussena, para el gobierno de Marcos Pérez Jiménez son: el Palacio Blanco y el Cuartel de la Guardia de Honor (1957), ambas extensiones del Palacio Presidencial de Miraflores y, su último proyecto en Venezuela, el cenotafio de Simón Bolívar, que debió haberse construído sobre la histórica colina de El Calvario, acorde al Plan Monumental para Caracas, de 1939, obra del urbanista francés Maurice Rotival. 


Al derrocamiento de Pérez Jiménez, ocurrido el 23 de enero de 1958, Luis (Raimundo) Malaussena Andueza se ve forzado a abandonar el país, habida cuenta de su filiación con el régimen y el subsecuente repudio de muchos de sus colegas y políticos adversos al "dictador". Se ve entonces obligado a exiliarse en la ciudad de Miami- Florida, donde fallece el 3 de abril de 1963, a la edad de 62 años de edad. Como corolario de su obra, es importante recordar la participación de Malaussena en la célebre Exposición "Interama" (1960-1968), frustrado evento internacional, de carácter permanente, cultural, educacional y comercial, a realizarse en Miami-FL; proyecto en el que él coopera e interactúa con arquitectos de la dimensión de Louis Isadore Kahn, Josep Lluís Sert i López y Paul Marvin Rudolph, entre otros.


Crucial es recordar la injustificada "exclusión" de Luis Malaussena de la historia de la arquitectura en Venezuela, difícil de aceptar, sobre todo, en la clásica obra "Caracas a través de su arquitectura" (1969), en la que el Profesor Juan Pedro Posani omite, a rajatabla, cita alguna del arquitecto y su importantísima obra en la ciudad capital. Siendo evidente la repulsa que el académico siente por la "dictadura" de Pérez Jiménez, su negativa a considerarle, es reprochable. También es el caso con Cipriano Domínguez (1904-1995) y las torres del CSB (1948-1954) y el majestuoso Hipódromo "La Rinconada" (1957-1959), obra del norteamericano Arthur Froehlich (1909-1985). Felizmente, la arquitecto y profesora SIlvia Hernández de Lasala, en su extraordinario y esclarecedor libro "Malaussena: Arquitectura académica en la Venezuela moderna" (Editorial Fundación Pampero. 1990), reinvindica la obra y la figura de Luis (Raimundo) Malaussena Andueza, de cuyo conocimiento hoy se cuenta. Igualmente, es menester aplaudir la labor académico-investigativa del arquitecto-profesor Bernardo Moncada Cárdenas y sus reciente esfuerzos de divulgación histórica a favor de Malaussena.

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