FILOSOFIA
Nuestra Palabra
La abundancia puede conducir a la vagancia ;
La vagancia conduce a la corrupción ;
La corrupción conduce a la miseria ;
La miseria genera el dolor ;
El dolor obliga a reflexionar ;
La reflexión obliga a comprender ;
La comprensión trae el conocimiento ;
El conocimiento, a la sabiduría ;
La sabiduría hace al hombre feliz.
Se está viviendo una etapa de abundancia económica, todo se obtiene fácilmente : cuidado . . . ! Esa abundancia de bienes materiales puede trocarse en maldición.
Que esa abundancia, esa riqueza, se canalice, y tome el camino angosto de la vida austera para el bien de todos ; tener lo necesario y no más, es lo sabio y procedente cuando cuando se cree que se es rico . . . en dinero.
Cuando se es rico de verdad, se ignora hasta donde se es rico, porque esa riqueza es imponderable ; si la riqueza es de dinero, el dinero despierta la ambición y la ambición ciega al hombre y lo atormenta y lo hace sentirse pobre, y cada vez quiere tener más . . . y más !
Cuando se es rico de verdad, esa riqueza no puede perderse y se mata la ambición ; entonces los vicios no tentarán y la prudencia tocará a la puerta ; la sensibilidad hace que se atienda al llamado y la austeridad se impone ; entonces de la abundancia se salta a la reflexión, para comprender, a través del conocimiento de la abundancia interior, que la felicidad es riqueza interior y la abundancia de bienes materiales no da ni la paz ni es riqueza perdurable.
Cuando se es rico, la riqueza no es de este mundo y se es inmensamente rico, porque la verdadera riqueza no crea apegos, porque se sabe por el conocimiento real que las riquezas de este mundo son del mundo y en él se quedan.
Eres rico tú, que me estás leyendo ?
OM TAT SAT
Fuente : Órgano de Cultura y Difusión del Centro de Orientación Filosófica, Julio, 1975. Derechos Reservados.